Informes sobre casos de violencia contra niñxs en América

Por distintas vías, en forma diaria, se reflejan las frías cifras de las estadísticas -que en la mayoría de los casos son incompletas- sobre la violencia ejercida contra los sectores más vulnerables de la sociedad, en todos los rincones de América.

A continuación reproducimos algunas de estas coberturas, publicadas en diversos medios de nuestro continente:


Perú:

Diario La República de Perú (6 de febrero de 2018).

Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables revela que solo entre enero y diciembre del 2017 ocurrieron 3 mil 117 casos de violación sexual contra menores

Escalofriante cifra. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables reportó un total de 30 mil 681 casos de violencia económica-patrimonial, psicológica, física y sexual contra niños, niñas y adolescentes en todo el país, el 2017.

Los Centros de Emergencia Mujer identifican que el 65% fueron víctimas mujeres y el 35% tuvieron como agraviados a hombres.

El reporte señala que el tipo de violencia que sufrieron los menores de edad fueron principalmente psicológica, física, sexual y económica patrimonial.

Asimismo informa que entre enero y diciembre se reportaron 3 mil 117 casos de violación sexual. La violación de niños, niñas y adolescentes representa un 47% del total de casos en este segmento de la población.

Del total de los casos de violación entre 0 a 17 años, el 3% fue en niños y niñas de 0 a 5 años, mientras que el 18% en el grupo de 6 a 11 años, y las víctimas entre 12 y 17 años representó el 78% de estos casos atendidos por los Centro de Emergencia Mujer.

Los casos de violación sexual en menores de edad tienen mayor incidencia en las siguiente regiones: Lima 792 casos, Junín 284 casos, La Libertad 188, Cusco 188 casos, Arequipa 157 casos y San Martín 143 casos.


México:

El Diario de México (5 de febrero de 2018)

Violencia deja en manos del Estado a cientos de menores

En medio de estadísticas que dejan entrever las difíciles condiciones sociales en las que vive la infancia, cada vez más niñas y niños inmersos en el abandono pasan a ser tutelados por el Estado.

La Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del DIF tomó bajo su responsabilidad a 570 menores de hasta 17 años en 2017, una cantidad que es 6.7 por ciento mayor que la cifra de 534 correspondiente a 2016, indican datos de esa dependencia.

De acuerdo con el titular de la Procuraduría, en nueve de cada 10 casos los menores que fueron retirados de sus hogares estaban inmersos en contextos de violencia en el seno familiar. Naria Ivette Rodríguez Estrada, subprocuradora de la institución, detalló a El Diario en un documento que, hasta enero, 626 residían en 59 centros de Asistencia Social bajo tutela pública.

De forma paralela a estas realidades, un diagnóstico elaborado por la Comisión de Desarrollo Social del Congreso local concluye que hay programas dedicados a la infancia, pero que funcionan de forma aislada y cada uno con sus propias reglas de operación.

La niñez está sumida en un abandono generalizado que tiende a incrementarse, sostiene la diputada Rocío Grisel Sáenz Ramírez, vocal de la Comisión Especial de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes. “Estamos hablando de más de 100 mil niños que no tienen este cuidado y que están allá afuera siendo agredidos por la vecina, por el hijo, por los mismos hermanos mayores”, señala. “Tenemos que tener medidas muy estrictas que nos obliguen a ver por este cuidado”.

El documento elaborado por el Congreso de Chihuahua como un ejercicio previo a la formulación de una ley en la materia indica que entre la Federación, el Estado, la sociedad civil, los municipios y otros proveedores de asistencia social hay sólo 37.150 niños que asisten a espacios de cuidado infantil en la entidad. De acuerdo con Sáenz Ramírez, la realidad es que más de 160 mil demandan esta infraestructura.

Sin embargo, en relación con el ejercicio del DIF, por ejemplo, sectores como la Red por la Infancia plantean que la solución a los contextos hostiles en los que viven los niños no es retirarlos de sus hogares, sino atender la raíz del problema: brindar oportunidades para los sostenes familiares.

En palabras de Ana Margarita Luna Flores, representante de esta organización, lo que las circunstancias actuales permiten ver es que hay pocos espacios seguros para los menores, así como escasas oportunidades de recreación y convivencia familiar. “Los espacios institucionales van a terminar colapsando porque finalmente no existe tampoco un protocolo de atención especializado o no está implementándose de manera adecuada para la atención de estos niños tutelados”, señala.


Guatemala:

El Periódico de Guatemala (4 de febrero de 2018)

El país de la niñez herida

En 2017, murieron por cinco causas violentas 942 guatemaltecos que se ubican en el rango entre los cero y los 19 años de edad. Es la descripción de un escenario violento en donde un aproximado de 8 millones de habitantes deben convivir. Un escenario oscuro que se rige desde las ausentes políticas públicas a favor de la niñez y la juventud.

Según la proyección para 2017 del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población que se ubica entre los cero y los 19 años de edad comprende 8 millones 367 mil 642 habitantes en el país. Ese país que vio morir calcinadas a 41 menores que protestaban por mejores condiciones en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción el 8 de marzo del año pasado.

Fue un escándalo nacional e internacional que indignó a la ciudadanía y empujó denuncias contra autoridades de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y contra el propio mandatario. Sin embargo, Morales acusó a las niñas de pertenecer a pandillas juveniles y de tener perfiles “peligrosos”, también acusó a las familias de no haberlas instruido con normas y límites. Defendió además a los funcionarios que estaban involucrados en el tema.

La Ciprodeni ha analizado las estadísticas del Inacif para comprender la situación de la niñez y la adolescencia desde la perspectiva de la violencia. Para explorar estos datos se destacaron tres sucesos: las muertes violentas, las lesiones por causas violentas y las violaciones sexuales.

Es importante indicar que el Observatorio no toma el total de las personas afectadas por estos sucesos, sino solo algunas causas directas que los provocan. Es así como dan cuenta de que el año pasado se produjeron 942 muertes violentas relacionadas a cinco causas establecidas por Inacif. Fueron lesionadas 4 mil 206 personas vinculadas a cuatro causas violentas, y fueron violadas sexualmente 4 mil 557. El monitoreo solo se enfoca en personas entre los cero y los 19 años de edad. “A pesar de que hay descenso en las muertes violentas a nivel nacional, hay un incremento en las muertes violentas cuando se desagrega en este rango de edades”, explicó Lobos.

Así lo asegura también el analista de estadísticas de violencia homicida, Carlos Mendoza, quien compara las cifras que registra la Policía Nacional Civil (PNC) sobre muertes violentas de personas de 0 a 17 años en tres años. Según las cifras que ha trabajado Mendoza, la tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes en ese rango de edades en 2015 fue de 5.6, para descender en 2016 con 4.5 y volver a incrementar en 2017 a 4.8.

Son 942 muertes violentas las que identifica el monitoreo. La mayoría, un 76.30 por ciento, fue producto de armas de fuego. Fueron 719 niñas, niños y adolescentes quienes murieron por los impactos de este tipo de armas. Por ahorcamiento murieron cien personas. Este aspecto podría estar relacionado a suicidios, responde Lobos, aunque no se puede especificar porque debe haber una investigación que lo determine. Muertes con armas blancas suman 66, estrangulados fueron 48 y decapitados, siete. Este último dato podría estar vinculado a la violencia de las maras.

Si se desagrega por sexo, las mujeres llevan la mayor carga con 54.30 por ciento de casos. Y cuando se especifican las lesiones relacionadas con maltrato también se perjudica más a las mujeres, pues acumulan el 59.35 por ciento del registro. “Generalmente, los niños sufren la violencia en las calles; pero las niñas las sufren en el ámbito privado”, explica la antropóloga Silvia Trujillo.
Esto se produce como parte del sistema patriarcal que tiene como fundamento la apropiación del cuerpo de la mujer, dijo.

Pero las cifras son más crudas cuando se trata de la violencia sexual. Con 4 mil 557 exámenes médicos realizados por el Inacif, otra vez las mujeres llenan la mayoría de los registros, pues sus casos representan el 90.2 por ciento del total.
Las cifras aumentan cuando las niñas se encuentran entre los diez y los 14 años, las edades en las que sus cuerpos comienzan a expresar los cambios en su sistema reproductor. En ese quinquenio se registran 2 mil casos de violaciones y disminuyen levemente a 1,604 casos en el último quinquenio evaluado, que aglutina a las personas entre los 15 y los 19 años.
“El violador no agrede a las niñas y adolescentes por placer físico, es un mecanismo de control. En esta edad el violador tiene como objetivo hacerle entender a la víctima que ya es momento para que sepa que él domina”, enfatiza la antropóloga. Además, recuerda un informe de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos de 2014, en donde se establece que el 84 por ciento de las agresiones contra 1.500 niñas fueron provocadas por un familiar cercano.

Y como si el panorama no pudiera empeorar, los datos arrojan que 137 menores de un año fueron víctimas de violación sexual durante 2017. Una cifra que ha incrementado, pues en 2016 fueron 57 y en 2015 fueron 13 los casos registrados.
Para Lobos, el Estado toma en cuenta a la juventud hasta que se debe corregir o castigar, es decir, cuando delinquen. Este comentario se puede contrastar con las cifras de detenidos por la PNC, que refiere que fueron aprehendidas 21 mil 455 personas entre los 18 y los 25 años de edad.
“El Estado no trabaja en el interés superior de la niñez desde la primera infancia, es un continuado de violencia. La falta de alimentos, la falta de educación y de seguridad son formas de violencia que propician un escenario para que las y los adolescentes sean víctimas o victimarios en los círculos de la delincuencia”, concluye Trujillo.

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